domingo, 2 de mayo de 2010

Paseo

Encarrílame a gatas para llegar a la meseta donde tu viento circule por mi guarida trasera corpórea.

Destroza mi excitación litoral balseándome a tu antojo y escuchando obscenidades como llamados de auxilio para que tu viento me rescate.

Escupe con tu algazara labial todo mi relieve para mover sus placas sextónicas.

Ocasiona el diluvio convulsionar arrebatando mi piel a mordidas.

Exhibámonos con el paroxismo de dos amantes ecuestres en el que el jinete latigue la fruición de este paseo

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